Desde hace más de un siglo cuando el municipio de El Tambo era considerado un acogedor sitio de descanso y reposo, se venera a la veraniega localidad del noroccidente del departamento de Nariño a la imagen de Jesús Nazareno, conocido en la región también como El Nazareno.

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Para ello las autoridades eclesiásticas y religiosas se alistan para rendir tributo al benefactor de agricultores, transportadores y padres de familia, el cual tendrá como eventos centrales el próximo fin de semana.

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La imagen del santo patrón, estatua de yeso lleva una corona de oro, la cual tiene tres potencias que se asemejan a unas flores fue traída desde Ecuador en aproximadamente el año 1.900, cuando un grupo de viajeros pretendía llegar con ella hasta el norte del país, posiblemente a la ciudad de Cali (Valle del Cauca).

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Indicó que según historiadores, una vez los visitantes terminaron su estadía en la ‘Ciudad Hospedaje del Sol’, al momento en que intentaron levantar la imagen, está se volvió tan pesada que no pudieron levantarla ni siquiera un milímetro. Ante esas circunstancias, el exmandantario asegura que decidieron dejarla en El Tambo, donde unos años después las autoridades gubernamentales y eclesiásticas con ayuda de la comunidad le erigieron el templo.

Destacó que desde ese momento la fe se propagó y que muestra de ello se evidencia en los milagros, favores y más de mil placas que reposan en el templo.

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Las fiestas en honor a Jesús Nazareno o el Señor de El Tambo como también se conoce, es una tradición superior a los cien años, en donde innumerables peregrinos de todas las latitudes de Nariño, Colombia e incluso de la hermana república de Ecuador se dan cita en la ‘Ciudad Hospedaje del Sol’, para agradecer por las múltiples ayudas y milagros recibidos.

Más que una tradición religiosa las fiestas patronales en El Tambo, se constituyen en una demostración viva de fe y de la incansable búsqueda de Dios, que a la par con la convicción en un ser supremo se conjugan con actos culturales.